Es importante que los jóvenes conozcan y reconozcan dichos aspectos y otorgarles un criterio propio para construir una correcta imagen, provocando la aceptación de ellos mismos como son y a aceptar también a los demás.
La construcción de la propia imagen es un asunto complejo formado por habilidades psicológicas, socio-emocionales y lingüísticas.
La construcción de su identidad pasa en primer lugar por la compresión y asimilación de la propia imagen corporal (destacando el rostro).


En la adolescencia, los chicos y chicas se enfrentan a los mayores cambios físicos, hormonales, sociales, emocionales y escolares. Comienzan a cuestionar su origen y a comprenderse y proyectarse más allá de la niñez. El adolescente comienza a dar una importancia a su aspecto físico mucho mayor a la que había tenido hasta ahora; esto es debido, entre otras cosas, a que se despierta su sexualidad, y su preocupación por llegar a ser un prototipo de belleza perfecta, aumenta. La presión social, las circunstancias en las que nos encontremos, así como una personalidad débil pueden hacer que desemboquemos en algún trastorno.
Diferencias de género en el desarrollo de la personalidad
Ambos sexos difieren en su lucha para definir la identidad. Las mujeres se juzgan según sus responsabilidades y su capacidad para cuidar de sí mismas y de otros. Ellas tienden a alcanzar su identidad más a través de la cooperación que de la competencia.
Las niñas adolescentes parecen madurar más deprisa que los varones. Estas diferencias surgen hacia el final de la niñez, aumentan alrededor de los 13 años y son bastante amplias durante la adolescencia. Cuando los chicos son aún egocéntricos, las chicas han pasado hacia la conformidad social; y cuando los chicos comienzan a ser conformistas, ellas se vuelven más autoconscientes. Resulta curioso ver como a menudo se les concede más libertad e independencia a los chicos que a las chicas a una edad en la que ellas son mucho más maduras.

Autoestima en los adolescentes
Diversos estudios han demostrado que la confianza de las niñas en ellas mismas y su percepción del mundo es bastante elevada hasta los 11 o 12 años. Hasta esa edad, tienden a ser más perceptivas respecto a los temas de relaciones y con mentalidad abierta acerca de los sentimientos.
Al llegar a la adolescencia, muchas aceptan los estereotipos de cómo se supone que deberían ser y reprimen sus verdaderos sentimientos. Al darse cuenta de que están perdiendo parte de sí mismas y de que esto les impide tener relaciones auténticas, su confianza se resquebraja.
Por el contrario, aquellas que siguen siendo honestas consigo mismas y con los demás al reconocer sus verdaderos sentimientos y expresarlos de manera apropiada, pueden mantener una relación saludable con ellas mismas y los demás. Estas chicas tienen una autoestima alta, se consideran competentes y es más probable que no se dediquen a profesiones tradicionales.
En los chicos, la autoestima también desciende en la adolescencia, pero no tanto como en las chicas.
Es importante demostrar tanto a chicos y chicas la importancia de la identidad propia, de la personalidad y la autocrítica para poder formar adultos maduros con confianza en ellos mismos, que sean tolerantes con el resto y sepan diferenciar las actitudes positivas frente a aquellas con finalidad nociva.
BIBLIOGRAFÍA
Desarrollo de la personalidad en la adolescencia. Obtenido de: http://www.cepvi.com/index.php/psicologia-infantil/desarrollo/desarrollo-de-la-personalidad-en-la-adolescencia?start=2
Marcos, N. (2013, noviembre, 1). Sociología. La construcción de la propia imagen. Obtenido de: http://nuriamarcosruizsociologia.blogspot.com.es/2013/11/la-construccion-de-la-propia-imagen.html
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